Un abuelo nunca miente

Un abuelo nunca miente



Shon tiene una vara para pescar que le ha regalado su abuelo Shen. Su abuelo es pescador desde niño y conoce los mejores lugares para regresar con la canasta llena de peces. Al niño le encanta estar con él.

 Su abuelo es el mejor hombre del mundo, le cuenta historias fascinantes y sobre todo a Shon le gusta que siempre que le promete algo se lo cumple.
Viven en un pequeño pueblo de China, es un hermoso paraje lleno de árboles y rodeado de montañas.

La de Shon es una familia grande y todos han construido sus cabañas cerca de la del abuelo.
En las mañanas de domingo Shon y su abuelo van juntos de pesca. A Shon le encanta ver el agua azul y transparente del lago, donde hay miles de pececillos de colores.
Para llegar al gran Lago Azul, como lo llama su abuelo, caminan por un pequeño bosque, el lago está entre montañas, en verano son muy verdes y en invierno sus cimas son nevadas.
—Un día quiero subir a los picos nevados, le dice el niño a su abuelo.
—Tendremos que esperar que seas mayor, es una travesía larga y trabajosa. Pero un día te llevaré.
—Pero yo soy fuerte, abuelo, y muy ágil.
—Ya lo creo, pero debemos prepáranos bien. Haremos diferentes ejercicios durante un tiempo, también te mostraré cómo resolver las situaciones difíciles que pudiéramos encontrar en las montañas. Allí, —continuó el abuelo, hay osos, tigres y también serpientes. Deberás ser capaz de defenderte. Yo enseñe a tú padre, tú también aprenderás.
Pero ahora mejor continuemos con la pesca.
Los años pasaron, pronto Shon celebraría su décimo cumpleaños, pero el abuelo no se decidía a llevarlo a la montaña nevada.
Ahora Shon era muy buen pescador. Todos lo llamaban para aprender de sus técnicas, pero él solo deseaba viajar a la montaña lejana.

El día llegó. Todos los preparativos estaban listos. La casa de campaña, el hacha, el pico las lámparas de aceite y los alimentos, todo había sido empaquetado con sumo cuidado.


Tardarían cuatro días en llegar caminando pues Bruni, el burro solo cargaría los utensilios.
Shon sentía una gran inquietud mezclada con felicidad. Por fin conocería los picos nevados que tanto admiraba. Vería los osos y pescaría en los ríos de la montaña.
Se alarmó al despertar y ver que estaba amaneciendo y su abuelo Shen no había venido por él. Eran solo dos casas de por medio. Habían acordado salir antes del amanecer, sería una aventura solo para ellos dos, algo que su abuelo le había prometido por tanto tiempo. ¿Qué le sucedería? —se preguntó. Tomó el camino sin avisar a sus padres, su abuelo jamás lo había dejado esperando.
Penetró en la cabaña y lo encontró cerca del fuego, en su silla favorita, al tocarlo por el hombro su abuelo cayó de bruces. Estaba muerto… Shon comenzó a gritar, llegaron todos, vecinos y familiares y el niño fue sacado de la cabaña, era mejor evitarle el dolor.

Los que lo vieron recuerdan que solo repetía —mi abuelo era un hombre de palabra, solo la muerte le ha impedido cumplir su promesa.
Fin

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