EL ENCANTO, y su interesante historia

EL ENCANTO, y su interesante historia

Los Almacenes El Encanto, también conocidos como Tiendas El Encanto o, simplemente El Encanto, fueron una cadena de grandes y medianos almacenes por departamentos que se expandieron por todo Cuba, desde su emplazamiento original en La Habana, y que fueron considerados un modelo a seguir por la industria debido a su capacidad de innovación, prácticas comerciales y modelo de negocio siendo sus prácticas imitadas y desarrolladas hasta la actualidad.

En 1888 dos hermanos asturianos emigrados a Cuba, José (Don Pepe) y Bernardo Solís, establecen una tienda de telas, denominadas en aquella época «sederías», en la esquina de las calles Galiano y San Rafael de La Habana. El éxito que obtienen y las nuevas prácticas de comercio que quieren aportar van más allá de la ampliación a los aledaños y les llevan a buscar capital para su ampliación constituyendo con un compatriota que tenían empleado como dependiente, Aquilino Entrialgo, la mercantil Solís, Entrialgo y Cía. S.A. en 1900.
Su crecimiento sigue siendo imparable y además del negocio textil comienzan a crear departamentos dedicados a las distintas secciones de la tienda configurándose desde principios del siglo XX como una tienda por departamentos e introduciendo prácticas comerciales novedosas en la época como el control y la inteligencia de negocio, el escaparatismo o «vidrieras», escaleras mecánicas, concentración vertical en ciertos productos, etc.
En el primer tercio del siglo XX El Encanto se configura como un almacén muy novedoso y de gran éxito empujado por la innovación de sus propietarios y gerentes entre los que cabe destacar al también asturiano César Rodríguez González (Don Cesáreo), que tras regresar a España en 1934 fue primer presidente de El Corte Inglés y socio fundador de Sederías Carretas, y que había empleado en el negocio a su primo Pepín Fernández, luego fundador de Galerías Preciados en España, y a su sobrino Ramón Areces, primer Director general y posterior presidente de El Corte Inglés.

Foto: Memorias de Cuba

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