Manzana de Gómez, escenarios de «La vida robada»

Manzana de Gómez, escenarios de «La vida robada»

Manzana de Gómez.
Escenarios de mi novela “La vida robada”

Don Julián de Zulueta construyó esta obra hasta el primer piso, de acuerdo con el proyecto del renombrado arquitecto Don Pedro Tomé y Veracruisse, con la finalidad de dedicarlo a comercios. Situada entre las calles Zulueta, Monserrate, Neptuno y O’Reilly fue comenzada en 1890. Al edificio se le hizo un gran sótano aprovechando parte de los fosos de la Muralla y se le prepararon cimientos para recibir varias plantas más. Sin terminar el trabajo, el edificio se le vendió a Don Andrés Gómez Mena, quien lo acabó completo hasta la primera planta y le construyó en los altos dos teatros, el Politeama Grande y el Politeama Pequeño, que tuvieron efímera existencia.


Terminada en 1917, tomó el nombre de su propietario, Andrés Gómez Mena. La planta se caracteriza por las dos calles interiores que la atraviesan en diagonal. Tiene portal en todo su perímetro y columnatas inspiradas en las arcadas del Palacio del Segundo Cabo. Evidencia un eclecticismo de poco valor arquitectónico y alta coherencia urbana. Acogió centros de enseñanza.


Tuvo en sus inicios una sola planta, con sus cuatro esquinas en chaflán, vértices de dos galerías interiores y, en un tiempo, cubiertas. Galerías que se cortan en diagonal. Entre 1916 y 1918 se le adicionaron cuatro niveles al edificio y se le dotó de ocho ascensores; dos por cada una de las calles que lo encuadran. Esos pisos, fragmentados en 560 cubículos, se dedicaron a oficinas, aunque también funcionaron en la Manzana las academias comerciales Pittman, en el segundo piso, y Gregg, en el quinto. El primer complejo comercial habanero que quiso parecerse a los que ya existían en grandes ciudades del exterior, se construyó dentro de la urbanización de Las Murallas, en la Calzada de Monte entre Prado y Zulueta, en 1873. Era un modesto conjunto de 12 establecimientos porticados de una sola planta, unidos por un frente común con esquinas en las calles mencionadas. Unos 20 años más tarde se construiría en La Habana el segundo edificio comercial o bazar.


Contó con una distribución más moderna que el de Monte, pero al igual que en este, las tiendas o locales que lo integraron conservaron su independencia. Ese edificio es la Manzana de Gómez y fue, dicen especialistas, uno de los sitios que ejerció mayor atracción —un verdadero punto de gravitación del centro urbano— a medio camino entre la trayectoria de las calles comerciales de Obispo y O’Reilly y la de San Rafael. Al ser dotada de luz eléctrica a fines del siglo XIX se hizo más notable aún por su actividad nocturna.

Sobre «La vida robada»

A medida que aumentan las tensiones en el país, Lily se encuentra, sin desearlo, atrapada entre su amor por Alberto y los cambios sociales que se están produciendo. Los ideales y la firmeza de convicciones de Alberto dan al traste con el mundo que Lily pacientemente había construido, mostrándole que los caminos de la vida rara vez son rectos.

NO EXISTEN BARRERAS PARA ALCANZAR UN SUEÑO

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